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domingo, 29 de agosto de 2021

El día que acerté un Loto Hípico ¿único?

La campeona Rubizay forma parte de esta apasionante historia.
Foto cortesía:  Jorge Yánez.

Por: Winston A. Hernández G.

Un domingo como cualquier otro.

Los ubico en la fecha exacta: domingo 8 de agosto de 2010. Ese día se disputaría una jornada de diez carreras en La Rinconada teniendo como eventos centrales las Copas "Front Stage" y "Catire Bello". Como fiel aficionado de las carreras de caballos estaba listo antes del inicio de la jornada con todas mis apuestas programadas: primer y segundo pool de cuatro, 5y6 y Loto Hípico. No tenía previsto jugar caballos a ganador ni realizar ninguna otra apuesta. Estaba claro en lo que iba a hacer y con un presupuesto fijo. Una vez verificada la lista de retirados, procedí a validar todas mis jugadas en la taquilla respectiva. Estaba pendiente desde la primera carrera del monitor, en aquellos días la transmisión bajo el nombre de TRACK TV,  y las apuestas a cargo de la compañía Ip Tote Venezuela, cuya oficina para el cobro de premios altos estaba ubicada en la Torre Seguros Adriática frente a la Plaza Altamira.

El Centro Hípico al que era asiduo visitante todos los días de carreras (incluso muchos lunes con el hipódromo de Rancho Alegre), queda muy cerca del edificio donde vivo, en la acera de enfrente en la Avenida Baralt. Al llegar ese día me tocó compartir la mesa con un señor mayor que, en medio de las conversaciones que suelen surgir en esos lugares entre fanáticos, me dijo que era sastre y me contó varias de sus anécdotas en largos años de ejercer su oficio. Como dije al principio, parecía "un domingo como cualquier otro".


No importa cuánto juegas sino qué juegas.

Quién me diría que aquel día, apenas empezando las vacaciones escolares (soy profesor), el destino me tendría preparada una agradable sorpresa. Entre las apuestas que realicé, la más humilde, la más barata, fue el Loto Hípico. Venezuela venía de su primera reconversión monetaria en el 2008: al quitarle tres ceros, el bolívar pasó a denominarse "bolívar fuerte". De tal manera que el Loto Hípico me costó 40.000 bolívares "de los de antes"; es decir, 40 bolívares fuertes. Jugué dos caballos en par de carreras y uno solo en las otras cinco. El factor multiplicador era de 10 bolívares fuertes.

Tras acertar el primer pool de cuatro que fue un "mercado libre" mi compañero ocasional de esa tarde - el sastre- bromeaba conmigo en forma algo pesada y me decía cosas como, por ejemplo: "vas a tener que llamar al Servicio Panamericano para que te escolten cuando cobres ese boleto". El dividendo ciertamente fue muy bajo y hasta salí perdiendo dinero. Sin embargo, yo no me inmuté y seguí pendiente del resto del programa.

Ese día no logré acertar el 5y6 ni el segundo Pool de 4, pero el Loto Hípico fue otra historia. La primera válida, última del programa no válido para el 5y6, era una carrera para yeguas debutantes o no ganadoras. Había realizado mis análisis y, con razones sólidas, me gustaba mucho una yegua llamada Agua Vitae, propiedad de Anielo Alberti y procedente de haras "Tamanaco" que era la segunda favorita. Era tanto lo que creía en su victoria que incluso estuve tentado a jugarla a ganador, lo cual no hice. La yegua lamentablemente no respondió a lo que yo esperaba y terminó ganando Solivalentina por vía de galope, pero mi candidata logró conservar la posición de escolta, resistiendo el remate de The Queenblack, cuyo jinete tuvo que cambiar su línea de carrera porque Agua Vitae cargó afuera a pocos metros del final. Pensé que podía presentarse reclamo, pero eso no sucedió. Quedé ciertamente decepcionado, pero había acertado la primera válida del Loto.

La segunda carrera del Loto, primera válida para el 5y6, era la Copa "Front Stage". Allí jugué únicamente a la campeona Rubizay a pesar que reaparecía y le tocaba partir por el puesto uno. Conducida por Santiago González y entrenada por Germán Rojas, respondió con una cómoda victoria agenciando excelente tiempo de 69"4 para 1200 metros y dejando en el segundo a Inésdecastro que cerró 8 a 1 en las apuestas.

Copa Front Stage 2010 – La Rinconada
Vídeo cortesía: Jaime Casas.



Luego vino la tercera válida del Loto. Era una prueba para ejemplares de tres años debutantes o no ganadores. Estuve tentado a jugar a un castaño que iba a debutar ese día precedido de excelentes trabajos llamado Marcel Jet. Sin embargo, al final me decidí por The One Angel, el amplio favorito de la carrera (1 a 9) que era propiedad de Orestes Acosta. La elección fue la correcta, ya que Marcel Jet se mostró indócil y fue retirado por no cuadrar, mientras que The One Angel se impuso con facilidad.

Como detalle anecdótico es importante mencionar que cuando Marcel Jet debutó, en su siguiente salida a la pista, lograron cuadrarlo y terminó imponiéndose en gran forma.

La tercera válida del 5y6, cuarta del Loto Hípico, fue la Copa "Catire Bello". En esa prueba jugué dos ejemplares: Don Potro y Joyful Victory. El primero de los mencionados resultó el ganador a las órdenes de Santiago González y bajo el entrenamiento de Giovanni Alessandrino. Por su parte, Joyful Victory ensayó una poderosa atropellada, pero no pudo dar alcance a Italian Prince. Allí me lamenté porque de haber llegado segundo y acertar el Loto, lo habría cobrado por partida doble.

Copa Catire Bello 2010 – La Rinconada
Vídeo cortesía: Jaime Casas.



Hasta ese momento, el Loto Hípico era un "mercado libre", tal como el primer pool de cuatro que acerté. Habían figurado las dos favoritas en la primera, el principal favorito en las dos siguientes, y otro ejemplar muy cotizado en la cuarta. Sin embargo, la historia estaba a punto de cambiar radicalmente.

En la quinta del Loto Hípico el amplio favorito era un caballo llamado Enólogo. Este hijo del campeón semental Water Poet se veía inmenso en el papel e iba a ser conducido por Alfredo García Paduani y era entrenado por Gustavo Delgado. En lo personal, cuando lo vi tan grande y tomando en cuenta la baja efectividad del jinete con grandes favoritos, preferí analizar la carrera más a fondo y buscar otras opciones. Fue allí donde apareció frente a mis ojos Gran Howard, un entrenado por Rubén Lanz que iba a ser conducido por Yobraiker Suárez. ¿Por qué me decidí por él? Porque venía de ser conducido en sus cuatro últimas actuaciones por Emisael Jaramillo y Santiago González hasta que finalmente "rompió el maiden". Estaba subido de agrupación y cambiaba la monta, pero me dije a mí mismo: "a este caballo deben tenerlo por bueno con esos dos jinetes que lo venían montando". Es así como me decidí por él y lo jugué solito en el Loto Hípico. Fue una decisión arriesgada, pero muy bien pensada.

¿El resultado? Ganó Gran Howard que había cerrado 5 a 1 y segundo se metió al final, por estrecho margen, Ríodelaplata que era un tajo aún mayor ya que su momio era 9 a 1. Sólo valían los dos primeros para el Loto ya que corrían nueve ejemplares. Enólogo apenas pudo para la quinta posición y esa fue la primera estocada para la gente que había apostado al Loto Hípico.

Para que ustedes vean cómo son las carreras de caballos, el domingo siguiente -en la novena carrera, tercera válida para el 5y6- Enólogo corrió con la monta de Santiago González en distancia de 1800 metros y ganó al reverendo galope (al menos 12 cuerpos), cerrando 4 a 1 en las apuestas y agenciando mejor tiempo ese mismo día que Huracán José, el pupilo de Antonio Bellardi, que filmó una película para contener el remate de Río Matiyure y Strong King en el Clásico "Millard Ziadie" (Gr. 3). Pueden ver la carrera de Enólogo en el resumen que anexo a continuación.

Resumen domingo, 15 de agosto de 2010 – La Rinconada
Vídeo cortesía: Jaime Casas.



Clásico Millard Ziadie 2010 – La Rinconada
Vídeo cortesía: Jaime Casas.



La "estocada" final.

En la penúltima carrera, quinta del 5y6 y sexta del Loto Hípico, corrían yeguas debutantes o no ganadoras con discreta campaña. No había una favorita contundente. La preferencia de los expertos, sin embargo, se había colocado del lado de una yegua de Cosme Torrelli entrenada por Giovanni Alessandrino (a cargo de la cuadra de Juan Carlos Ávila)  y procedente de haras "San Remo" llamada Super Adri. Yo la jugué en el Loto, pero me llamó la atención una debutante llamada Zarkina que entrenaba Luis Martín. Esta hija del ganador clásico Apolo era hermana materna de Alcoriza, la potra que era la segunda (hasta que apareció Miss Miranda) de la generación liderada por la súper campeona Bambera. Recuerdo que al revisar el retrospecto por primera vez, me dije a mí mismo: "si esta yegua medio mueve las patas como la hermana, esto no debería ser carrera". Pero claro, después de todo era una debutante. En el Loto jugué a Súper Adri y a Zarkina, siendo esta la otra carrera donde multipliqué, mientras que en el Pool de Cuatro donde iba "pegado" tras acertar la audaz línea de Gran Howard jugué cinco y se me pasó La Diosa, una pupila de Carlos Regalado Soto que era de obligatoria inclusión porque los nietos maternos de Slewbop tenían alto rendimiento en la distancia de 1200 metros.

Esa tarde reaparecía en la narración por la transmisión interna Héctor Alonzo Rivas después de una prolongada ausencia. Super Adri se cansó de perseguir a La Diosa y resultó presa fácil en los 300 metros finales. Algo entristecido porque pensaba que me iba a caer y sabía que el Loto iba a pagar muy bien, observé cómo una yegua se movía con efectividad desde el quinto, lejos de la líder pero con chance de alcanzar el segundo. !Cómo recé para que Héctor Alonzo dijera "Zarkina"! y tras unos segundos que parecieron eternos, Héctor efectivamente confirmó que esa yegua que había rematado tardíamente para la posición de escolta era Zarkina. La Diosa había cerrado 6 a 1 y Zarkina 5 a 1. Esta fue la otra carrera que acabó con las combinaciones que todavía quedaban "vivas" en el Loto, pero aún faltaba una carrera más.


Las dos esperas más largas y el cierre dorado.

La última válida, con trece participantes tras un retiro, presentaba el que parecía la gran fija de cierre: un caballo llamado Sheik Khalil que iba a ser conducido por Leonel Reyes Ramos y entrenado por Alexis Delgado. A pesar de no ser favorito de la Gaceta Hípica, los aficionados estaban claros y lo pusieron a pagar mínimo desde que se abrieron las apuestas. Estaba muy esperanzado porque el Loto prometía excelente dividendo, yo llevaba a un sólido candidato en la última y, a diferencia de las carreras anteriores, aquí valían tres puestos.

La espera hasta que se dio la carrera es la segunda más larga que he tenido en toda mi vida como apostador. Finalmente se dio la partida y Sheik Khalil, que largaba desde el puesto dos, tuvo una buena salida y terminó imponiéndose por vía de galope. Cuando yo estaba celebrando en silencio (ya mi compañero, el sastre, se había retirado desde hace rato del Centro Hípico), se presentó una inoportuna e inesperada situación. El jinete de Tabiskey (segundo favorito), que había largado del puesto cuatro, reclamaba en contra del ganador. Eso no hubiera importado en lo absoluto si Tabiskey hubiera llegado segundo o tercero, pero había llegado cuarto y si distanciaban a Sheik Khalil lo iban bajar a esa posición y me sacaban del Loto. Esta espera fue aún mayor que la anterior. Cuando finalmente el reclamo fue desestimado por los Comisarios, respiré aliviado y ahora lo que quedaba era aguardar por el dividendo que era toda una incógnita.

Una lección importante que me llevé ese día es que para cobrar un buen dividendo no tienen que ganar puros batacazos. En el Loto, en cinco válidas entraron favoritos. Bastaron dos carreras: el fracaso de Enólogo y la exacta La Diosa-Zarkina, para acabar con la gran mayoría de las combinaciones. Dos golpes muy bien dados, muy certeros.


El ansiado dividendo y el final de la historia.

Bajé hasta la entrada del Centro Hípico a ver el primer televisor que está al ingresar en él. Una vez que pasaron la repetición de la carrera, aparecieron en la pantalla los resultados finales. Yo de la emoción no podía leer bien hasta que fijé la mirada y leí el dividiendo del Loto: Bs. F. 45.477,20.

Ese era el dividendo más alto que yo había ganado en toda mi vida como jugador y a la fecha sigue siéndolo. Para ese momento, había tres valores en relación al dólar: el precio oficial, el llamado "dólar petrolero" y el "dólar paralelo". En agosto del 2010, el dólar oficial se cotizaba en Bs. F. 2,60, el dólar petrolero en Bs. F. 4,30 y el dólar paralelo en Bs. 8,25.

Si sacamos la cuenta en función del dólar paralelo y dividimos Bs. F. 45.477,20 entre 8,25, da como resultado la nada despreciable cifra (ni entonces ni ahora) de US $ 5.512,38. Sin duda, una pequeña fortuna.

Siempre creí que mi Loto fue el único acertado ese día. Lamentablemente el hipódromo nunca lo informó de manera oficial. Prefiero creer que fui el solitario ganador y no pensar que hubo algún otro, ya que en ese caso pude tomar los 2/3 del premio total en lugar de la mitad si Joyful Victory hubiera alcanzado a Italian Prince.

Me gustaría dejar la historia hasta allí para que todo quede como un "final feliz". Sin embargo, debo confesar que con el dinero obtenido no compré dólares. Pagué algunas deudas, ayudé a mis padres y abrí una cuenta nueva en un Banco por 20 mil Bs. F., casi la mitad del premio obtenido.

Lamentablemente, la reconversión monetaria del 2018 le quitó cinco ceros más a la moneda y ustedes saben lo que pasó con esa platica.

Aquí pueden ver el resumen de todas las carreras celebradas el día que acerté un: Loto Hípico ¿único?

Resumen domingo, 8 de agosto de 2010 – La Rinconada
Vídeo cortesía: Jaime Casas.


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